Como primos hermanos Rodrigo Lorenzo
Atraía hacia sí la mujer con la sola fuerza de sus palabras.
Su abrigo de algodón, yo no diría que le abrigaba.
Hablaba de un marino y su amigo de manías algo raras.
El marino cada vez más lejos, serio como el betún.
Se miraban como primos hermanos,
uno mucho más que el otro.
No se vieron por un tiempo, ¿sabe usted?,
cada uno algo más solo.
“Este anillo me lo regalaron
cuando le curé la gripe al mayor,
Hace ya mucho tiempo atrás.
El “no marino” se hizo rastafari, era el caótico.
Y desde su cabaña se podía ver la bahía plateada.
Se montó un grupo, consiguió tocar en el hotel.
¡Adivinen quién llegó un día
vestido de occidental!
Se miraban como primos hermanos,
uno mucho más que el otro.
No se vieron por un tiempo, ¿sabe usted?,
cada uno algo más solo.
Por el que alquilaba los camellos
supe que se iban a reunir:
¡Idea de uno de los dos!
Se miraban como primos hermanos,
uno mucho más que el otro.
No se vieron por un tiempo, ¿sabe usted?,
cada uno algo más solo.