Su casa es suya Rodrigo Lorenzo
Fue increíble cuando ella empezó a desbarrar sin motivo,
sin razón.
Un contrato sucio fue lo más que se le ocurrió.
Como contra todos no era cosa de pelear,
hizo antes un examen de la situación.
Así que enseguida decidió que, en principio,
su objetivo era yo, ¡era yo!
O, más bien, mi chica, que es muy antipática.
Pero estaba convencida antes de empezar a hablar con nadie
de que lo importante, lo importante, es conseguir
que todo el mundo sepa lo que te pertenece a ti.
Su casa es suya y sólo suya, su casa es suya.
No debes olvidarlo nunca, su casa es suya y sólo suya.
No estuvo nada mal cuando me dijo que debía evitar comer allí.
Que le daba igual que yo no tuviera adónde ir.
Yo le dije que “Pasando”, pero vi que la verdad, la verdad,
ella pretendía solamente calcular
hasta qué punto yo me daba cuenta de que
su casa es suya y sólo suya, su casa es suya.
No debes olvidarlo nunca, su casa es suya y sólo suya.
Hay que entrar volando en sus dominios,
para no pisarle su pasillo.
Hay que entrar volando en sus dominios,
para no pisarle su pasillo.
Una mañana dijo:
“¡Hay mucha ropa en el tendal, ya no puedo ni lavar,
y la lavadora, cualquier día, se va a estropear!”
Yo pensé en meter la escoba, y después ponerla en marcha,
antes de largarnos de la casa en cuestión,
y no volverla a ver en toda nuestra vida.
Su casa es suya y sólo suya, su casa es suya.
No debes olvidarlo nunca, su casa es suya y sólo suya.